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Las TIC no son solo teléfonos, computadoras e internet

Henry Izurieta[1]

Larry Kuehn, en su artículo “El capitalismo de plataforma virtual coloniza la educación”[2], nos hace caer en cuenta que el ámbito tan atractivo de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), concretado en la actualidad con novedosos teléfonos celulares inteligentes, que no son más que computadoras aun más pequeñas que las laptop, tiene por detrás, de una manera oculta, toda una visión del mundo y su funcionamiento.

Kuehn profundiza en los aspectos de conformación del monopolio aplicado a la educación por las grandes corporaciones involucradas en el desarrollo tecnológico.  A su vez, entre otros, menciona aspectos relativos a la “monetización” de la relación estudiante o docente con la plataforma y nos dice: “El uso acrítico de las plataformas produce una forma de privatización que no se examina y que entrega a quienes diseñan la tecnología la implementación de una visión educativa”, idea sobre la cual queremos profundizar en estas líneas.

En los espacios tecnológicos es común esta frase: “si un producto es gratis, el producto eres tú” que viene como anillo al dedo en el actual contexto, donde los datos personales de los usuarios de varios servicios informáticos, entre ellos Facebook,  Google, por mencionar dos, han quedado a disposición de los grandes capitales, siendo el caso extremo el control político de la población[3].   

El caso más común es la recolección de información personal referente al uso de la plataforma, a las preferencias personales, hábitos y otros aspectos que permiten a la empresa que realiza esta recolección elaborar un “perfil” del usuario tan completo y complejo que los especialistas sostienen, que las empresas lo pueden conocer a usted, más que usted mismo.  Esto conlleva problemas de invasión a la privacidad, hasta uso indebido de información personal.  

Pero, ¿Para qué haría esto una empresa?

La respuesta es simple: para ofrecerle lo que usted está buscando.  Suena tan bien que en vez de criticar, muchos, sin duda, mejor van a agradecer, soslayando, no analizando todos los procesos ocultos que llevan a esa situación y que atentan a los derechos de las personas. El primero es el mencionado proceso de recolección de información inconsulto sobre el cual el dueño de la información no tiene control; otro aspecto es que con esa información -y la que ya disponen desde antes- crean necesidades que no existen; construyen un sistema que control que pretenden que les permita conducir a las sociedades por el derrotero que ellos definen.

La satisfacción de necesidades es parte del proceso de intercambio, común en la sociedad capitalista. Visto así, entonces, es solo parte de la normalidad, del cómo las personas se relacionan, satisfacen sus necesidades, compran, venden.  Con esta misma facilidad las personas son alienadas, se adaptan a los intereses de quienes ofrecen productos y servicios y convierten a la persona en consumidor, cerrando así el proceso productivo, en el cual la corporación acumula más riqueza y poder.

Es importante señalar que, en el capitalismo, la satisfacción de las necesidades personales queda mediada por el intercambio comercial, dirigido por las empresas, quienes hacen de los consumidores, compradores perennes de lo que el mercado ofrece, se necesite o no.  Quien tiene un auto quiere cambiarlo por otro mejor o mas nuevo; quien tiene un televisor de 30 pulgadas quiere otro de 50 pulgadas; etc.

Atras de esta situación, ya de por sí inadecuada para quien quiera vivir una vida auténtica, se esconde todo un entramado que lo sostiene cuyo resultado se expresa en la compra-venta, pero también en una serie de injusticias, inequidades que dan como resultado miles de millones de personas que viven en la pobreza, en contraposición de, en el otro extremo, unas tres mil personas cuyas fortunas superan los mil millones de dólares cada una.

Se configura así una sociedad injusta, conducida por grupos poderosos económica y políticamente, que hegemonizan la conducta de las sociedades, que toman decisiones en beneficio propio, que conducen el mundo, para quienes las personas cuentan en tanto son consumidores de sus productos y que, ocasionalmente, seguramente para tratar de lavar sus conciencias, donan algunos millones de sus gigantescas fortunas en favor de quienes menos tienen en algún lugar del mundo.

La escuela juega un papel fundamental en sostener esa realidad, para mantener esta hegemonía.  ¿Cómo?  en principio ocultándola, luego conduciendo procesos de adaptación y por otro lado, también, involucrándose en procesos de superación de esa realidad con mecanismos que “cambian todo para no cambiar nada”.

Así las cosas, los docentes se convierten en promotores de la reproducción de esa realidad del sistema capitalista, unos sin conocer, otros sin querer, otros concientemente, pero existe un movimiento en todo el mundo de docentes críticos que buscan salidas a esa problemática.

En ese contexto las TIC, mediante las plataformas virtuales y otros mecanismos, incursionan con fuerza en la educación, de la mano de las grandes corporaciones, lo único que hacen es contribuir a que esa realidad se mantenga, incluso muy probablemente está contribuyendo a que las inequidades se profundicen.

Las facilidades que Google, Microsoft, Amazon, etcétera,  nos ofrecen para utilizar sus herramientas informáticas, tienen por detrás la adaptación de los usuarios a esas herramientas, “fidelizandolos”, es decir convirtiéndolos en usuarios permanentes, incluso promotores.  Esto al punto que si, por ejemplo, conoció los productos de Microsoft cuando era estudiante los seguirá utilizando en su vida profesional, cuando tiene mayor capacidad de compra.  Así esa empresa monetiza la relación.

La relación con alguna de esas corporaciones es un matrimonio a largo plazo, dejarlo tendrá costos, muchas veces inaceptables para el usuario ya que, muy probablemente no pueda recuperar toda su información, o la recupere en un formato que sea imposible utilizarlo en otra plataforma. Amazon es el mejor ejemplo, de cómo en la actualidad, el vínculo educativo se convierte con facilidad en vínculo comercial ya que, en la misma página en la que el docente comparte su clase puede iniciar la compra de un producto[4], lo cual se facilita porque esta empresa ofrece miles de millones de productos.  Facilidad, sí, pero como se dijo arriba, facilidad para llevar a la gente al consumismo sin permitirle que perciba más allá de las apariencias y analizar lo que está detrás de estos procesos que sostienen una sociedad que debe ser transformada, un sistema del cual debemos emanciparnos.

Es urgente entender los procesos que subyacen en la relación con los monopolios de la tecnología, corresponde a los docentes tomar posición respecto de su accionar en su aula y la relación que tendrá con esos monopolios.  La misma reflexión corresponde a la institución educativa, a los padres de familia, a las comunidades, a los ministerios de Educación y gobiernos. Evidentemente cada uno con sus intereses.

Los docentes no son los únicos que cuestionan las inequidades e injusticias, otros sectores como los propios desarrolladores de tecnologías informáticas han generado todo un movimiento mundial que proporciona herramientas tecnológicas de libre acceso que pueden ser utilizadas por los docentes, instituciones y gobiernos que se opongan a ser parte de una red que nos enajena.

Usted, ¿Qué camino escoge?


[1] Unión Nacional de Educadores del Ecuador (UNE)

[2] Puede leer el artículo completo en: http://idea-network.ca/es/?p=241

[3] En el 2013 Edward Snowden denunció internacionalmente, cómo la información de los usuarios es utilizada por la agencia nacional de inteligencia norteamericana: https://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Snowden

[4] https://www.amazon.es/TED-Conferences-TV/dp/B00QJ8DQZ8/ref=lp_1726753031_1_1/259-8479973-4935749?s=mobile-apps&ie=UTF8&qid=1603846895&sr=1-1  Aquí se puede confirmar que la interfaz educativa está integrada a la interfaz comercial.